Historia de la Compañía

Nos remontamos a 1946, cuando Luís Sousa se establece y funda la empresa a título particular, dedicándose a la fabricación de motores eléctricos. Tras la contienda de Alvarás, comunes en la época del régimen del nuevo estado, la empresa se reconvierte y pasa a fabricar máquinas de soldar eléctricas (mediante electrodos y por puntos). También se aventura en la producción de vehículos a motor para deficientes visuales, entre otros.

Continúa con el servicio de autoclaves para desinfección de hospitales. Estos equipos, con un alto nivel de tecnología, serán la génesis del cambio definitivo de la empresa pasando a fabricar productos de hospital, especialmente mobiliario de enfermería y camas articuladas, así como para consultas médicas, como mesas de escritorio, armarios, y sillas. De este modo, consolida su gama de productos en las áreas del mobiliario para hospitales, escuelas y oficinas, especialmente con base metálica y bajo la marca MóveLongra – L. de Sousa Gonçalves.

Fue en el área de mobiliario de hospital donde la empresa se especializó y donde desarrolla actualmente toda su actividad. En un territorio pequeño como Portugal, con recursos limitados, Luís de Sousa Gonçalves ha ido consolidando su idea poco a poco, con el sudor de su frente y la seriedad de su trabajo, junto con el esfuerzo de sus trabajadores. Idealista por naturaleza, empeñado en lograr la excelencia a través del trabajo arduo, exigente, pero siempre velando por su responsabilidad social, rápidamente transforma IMO en una empresa de peso a nivel nacional. En la década de los 60, cuenta ya con una estructura consolidada de más de 100 empleados.

En 1966, en pleno auge de la actividad gracias a la colaboración con sus principales –y casi exclusivos– agentes comerciales en Oporto, como Robinson-Bradsley, IMO se transforma en sociedad limitada, incorporando a socios como el Sr. José Roquette, algunos miembros de su familia y al Sr. Álvaro de Sousa, el director comercial que ayudó a afianzar la sociedad. La sede de Robinson-Bradsley, en la Rua do Rosário, se convierte en la primera sala de exposición de IMO, aumentando así la visibilidad de la empresa y, en consecuencia, el volumen de ventas. Con este cambio, y con la entrada del capital de esta, IMO acomete una inversión importante en maquinaria más moderna y productiva, además de realizar una serie de reformas para mejorar la planta de producción.

De este modo, a finales de los 70, IMO alcanza el liderazgo en el mercado nacional dentro del sector del mobiliario de hospital, el cual llega hoy a nuestros días. En la década siguiente, IMO desarrolla y produce internamente la primera cama eléctrica en Portugal (una de las primeras en todo el mundo). En 1970, nace con gran éxito la segunda sala de exposición de IMO, en Lisboa. En tan solo dos años, cerca de la mitad del volumen de ventas proviene del departamento comercial de Lisboa. En la década de los 90, con la 2.ª generación de la familia ya al mando, y debido a la jubilación del resto de socios, la totalidad del capital es asumido por el socio fundador, sus dos hijos mayores, Pedro Sousa y Jorge Sousa, además de su primo, António Gonçalves, quienes dan un nuevo rumbo a la empresa.

Esta es la década en la que, con una apuesta firme por el diseño y la técnica, la empresa inicia una estrategia de exportación, inicialmente en países como Holanda, Alemania y España, entre otros. Unos años más tarde, el hijo pequeño de Luís de Sousa Gonçalves, Rui Sousa, se une al equipo, asumiendo la dirección comercial. A finales del siglo XX, el mobiliario de hospital comienza a tener un crecimiento acentuado y empieza a ser objeto de demanda internacional. Con una economía cada vez más globalizada y un crecimiento internacional cada vez más intenso, la empresa se ve obligada a cambiar el modelo interno de desarrollo de productos con el foco puesto cada vez más en el diseño y la durabilidad de los productos IMO, buscando además consolidar la empresa en términos productivos con tecnología punta aplicada a las camas de hospital.

En las dos primeras décadas del siglo XXI, la empresa asiste a una inversión continua en la mejora de los procesos y los equipos de producción, confirmado mediante un proceso de certificación de la calidad (ISO 9001 e ISO 13485). La tercera generación está hoy al mando de esta empresa familiar, pero los principios de su fundador siguen intactos pese al paso del tiempo. Cada generación con su estilo propio, pero todas han sabido adaptarse al mundo en constante evolución y a los nuevos retos que se han ido presentando. Con aires renovados y una gran voluntad de continuar con el negocio de padres y abuelos, la nueva dirección de IMO diseñó una reestructuración vertical de toda la empresa. Se trazaba así una nueva estrategia basada en el fuerte crecimiento internacional, simbolizada en 2020 con el lanzamiento de una nueva imagen rejuvenecida e impactante, que marca una nueva era para la empresa.

A lo largo de sus más de 70 años de existencia, IMO ha demostrado una gran responsabilidad social con clientes, proveedores y colaboradores, así como con la sociedad en general.
IMO se enorgullece de contar en la empresa con empleados desde hace más de 50 años, además del reconocimiento de los hospitales a los que continuamente abastecemos de nuestros productos, muchos de ellos ya con más de 30 años de servicio. Estos buenos momentos recuerdan a toda la familia IMO que una pequeña empresa, de una pequeña población, de un pequeño país, puede servir a todo el mundo y que, con paciencia y perseverancia, IMO se convertirá en una referencia mundial en el sector.

IMO together with all Caregivers.